La presidenta de Argentina, la peronista Cristina Fernández de Kirchner, ofreció este domingo su último discurso ante el Congreso. Como todos los 1 de marzo, el jefe de Estado de este país abre las sesiones ordinarias del Parlamento. Como en los últimos 12 años, alguien con apellido Kirchner fue el encargado de hacerlo y lo hizo con un baño de masas, el anuncio de que volvía a hacer estatal el servicio ferroviario y fuertes críticas al Poder Judicial de su país.
En un discurso de más de tres horas, Fernández recorrió los logros de 12 años de peronismo kirchnerista, pero al final se concentró en sus reproches contra la Corte Suprema de Argentina. El presidente del máximo tribunal del país, Ricardo Lorenzetti, que fue promovido en el cargo por el Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007), la miraba atento en el pleno del Congreso. Fernández responsabilizó a la Corte Suprema por la falta de condenas en la investigación que este tribunal continúa desarrollando sobre el atentado contra la embajada de Israel en Buenos Aires en 1992, en el que murieron 29 personas, y por las demoras en el juicio por presunto encubrimiento de los autores del ataque terrorista que en 1994 cercenó 85 vidas en la sede porteña de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). Esta última investigación comenzó en el año 2000 y mantiene procesados al expresidente argentino Carlos Menem (1989-1999), entre otros exfuncionarios ejecutivos y judiciales.
La presidenta de Argentina criticó a Israel porque, según ella, solo pide justicia por el atentado contra la AMIA, pero no contra su embajada en Buenos Aires. Fue entonces cuando recordó que en aquellos años 90, grupos israelíes y sirios se oponían a la fugaz paz que firmaron Israel y Palestina en 1993. Abonó así las hipótesis de que el atentado contra la embajada fuera provocado por grupos internos de Israel y que el de la AMIA fuera orquestado por opositores sirios, en lugar de funcionarios iraníes, tal como acusaba el fallecido fiscal Alberto Nisman.
La presidenta expresó que lamentaba el deceso del fiscal Alberto Nisman como el de “cualquier ser humano”
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Por primera vez desde la muerte de Nisman en enero pasado, la presidenta expresó que lamentaba su deceso, como el de “cualquier ser humano”. También recordó el fallo por el que la semana pasada el juez Daniel Rafecas desestimó la denuncia de Nisman contra ella por supuesto encubrimiento de los presuntos autores iraníes del ataque contra la AMIA. Fuera del Congreso, unas 300.000 personas se juntaron para respaldarla, según medios de comunicación afines a ella. Dos semanas atrás, unas 400.000 habían marchado en Buenos Aires para homenajear a Nisman, según medios críticos.
La jefa de Estado también criticó a la Corte Suprema porque en febrero pasado declaró prescritas las torturas de militares argentinos contra sus propios subordinados en la Guerra de las islas Malvinas (1982). Así fue cómo se despidió del Congreso. En 2016 otro presidente, oficialista u opositor, abrirá las sesiones legislativas, pero ya no será un Kirchner.
Tomado de El Pais