Durante años los abogados y auditores del estado de Nueva Jersey tuvieron en su lista negra a Donald J. Trump: sus casinos debían unos 30 millones de dólares por impuestos impagados entre 2002 y 2006.
Pero, según una investigación de The New York Times entre miles de documentos, hubo un punto de inflexión en ese litigio que incluso estuvo en las cortes durante seis años. Las cosas aparentemente cambiaron con la llegada del republicano Chris Christie al cargo de gobernador de Nueva Jersey en 2010.
El tono del litigio se suavizó, según relata el medio, y el estado llegó a un acuerdo con las empresas del multimillonario de Nueva York.
En diciembre de 2011, el estado aceptó reducir el monto adeudado a un pago de solo cinco millones, una sexta parte de lo adeudado. Portavoces de Trump y Christie aseguraron desconocer esa operación.
La investigación del New York Times subraya, además, dos relaciones directas con el candidato republicano: los impuestos fueron impagados cuando Trump era el presidente y CEO de la compañía que lleva su nombre, y era un hecho la relación personal entre él y Christie.
Christie estuvo entre los invitados al tercer matrimonio de Trump en 2005 y el candidato presidencial republicano entre los más destacados en la investidura del gobernador en 2010. Los matrimonios Trump y Christie también habían hecho vida social juntos.
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Una larga amistad
Aunque ambos compitieron en el proceso de primarias de este año, Christie se convirtió después en un aliado claro de Trump, asistiendo a eventos políticos y dando discursos a favor del magnate republicano. De hecho, Christie sonó (sin que se haya materializado) como posible candidato a vicepresidente de Donald Trump.
Los documentos oficiales de Nueva Jersey no solo han permitido descubrir ese abultado recorte fiscal a Trump. También ayudaron a saber hace unos meses que el magnate no pagó impuestos a finales de los años ’70.
Son las únicas declaraciones de impuestos de Trump que salieron a la luz. El candidato republicano se niega a publicar las más recientes, como le pide su rival demócrata Hillary Clinton, quien ya publicó la suya la semana pasada.
Hasta ahora, Trump ha dado a entender que no cree conveniente presentar esa información debido a que está siendo objeto de una auditoría del Servicio Nacional de Impuestos (IRS, por sus siglas en inglés), entre otras razones. El IRS ha dicho que no hay una regla para evitar que alguien bajo auditoría muestre sus declaraciones, pero Trump argumentó que sus abogados le aconsejaron no hacerlo.
Desde principios de los años 70, cada aspirante presidencial republicano y demócrata ha hecho públicas sus declaraciones durante las campañas.
