Donald Trump enfilaba el ataque hacia la candidata demócrata Hillary Clinton, a la que ya había dedicado algunas recriminaciones minutos antes.
“Hillary falló en la economía. Al igual que ha fallado en la política exterior, todo lo que ha tocado no funcionó. Nada. Ahora Hillary Clinton….”
En eso, se detiene y mira contrariado hacia su izquierda. Caminando hacia el podio de la Iglesia Metodista Unida Bethel, en Flint, Michigan, la reverenda Faith Green Timmons cortaba de un tajo sus palabras.
“Sr. Trump. Lo hemos invitado para darnos las gracias por lo que hemos hecho en Flint, pero no para dar un discurso político”, recriminó respetuosamente la pastora que vestía su hábito de color negro.
Pero el candidato republicano lo tomó bien. Con una sonrisa, pasó la página que leía al fondo de los papeles que sujetaba en las manos y prosiguió.
“Está bien. Eso es bueno. Entonces, voy a volver al tema de Flint, ¿de acuerdo? El dolor de Flint es el resultado de tantos fracasos diferentes…”, retomaba Trump, pero no iba a ser aquel el único momento incómodo en el templo metodista.
Trump acudió a esta comunidad de Flint, en un esfuerzo de su campaña por ganar algunos votos en la comunidad negra, donde a juzgar por las encuestas lo lleva con dificultad.
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Según la reseña de CCN, una mujer lo abucheó acusándolo de “discriminar a inquilinos negros”, en una aparente referencia a una demanda de 1973 ante el Departamento de Justicia contra Trump y su padre por actuaciones como propietarios en la ciudad de Nueva York.
“No, nunca, nunca, nunca”, respondió Trump, antes de que la pastora interviniese para defenderlo del ataque.
“Esta es mi iglesia y lo respetará”, terció Timmons dirigiéndose directamente a la persona que protestó contra el candidato.
Más adelante otro de los presentes lo interrumpió para reclamarle por haber llamado “perezosa” a la gente de la comunidad afroamericana.
En una declaración proporcionada en el servicio religioso, citado por CNN, Timmons señaló que su iglesia da la bienvenida a “todas las personas”.
“Este evento público está abierto a todos y hoy Donald Trump vino a observar. La presencia de Trump en la Iglesia Metodista Unida Bethel de ninguna manera representa un respaldo a su candidatura,” dijo la ministra cristiana.
Su visita a Flint se produjo menos de dos semanas después de asistir a un servicio religioso en una iglesia predominantemente afroamericana en Detroit, donde 200 manifestantes protestaron por su presencia en las afueras del templo.
