Por Dr. Angel Aguasvivas.
En nuestras experiencias diarias, dentro del campo de la política, nos encontramos con una realidad insoslayable. Es inevitable que tengamos que experimentar un proceso de aprendizaje. Nuestra capacidad asimilativa se pone a prueba en cada una de las reflexiones que nos toca extraer en la práctica cotidiana. Esa capacidad reflexiva nos proporciona la oportunidad de aventajarnos en la aplicación de estrategias efectivas.
Durante ese proceso dialítico de aprendizaje, podrían presentarse situaciones donde surjan posibilidades de éxitos repentinos. Éxitos a corto plazo. Eso es posible. Sin embargo, lo lógico es que para lograr nuestras metas se necesita la implementación de planes a mediano y largo plazo. Para lograr esa estrategia debemos poner en práctica las tácticas que puedan ser eficaces. Con cada experiencia negativa, se nos presentan enseñanzas que debemos aprovechar para entender nuevas vías hacia el logro de las aspiraciones planeadas.
Siempre he entendido que en política se necesitan ciertas herramientas que son indispensables. El dinero es una fuente que proporciona la facilidad de liderear con las logísticas del proceso. El tiempo nos traza las pautas a seguir en nuestra espera para llegar al poder. El tiempo regula el ritmo de las tareas a cumplir en el calendario que guía el trayecto de lucha. Qué decir de la paciencia que se necesita para poder asimilar las dificultades naturales de las jornadas diarias.
El tiempo, el dinero y la paciencia se entrelazan entre si y nos sirven para poner de manifiesto el aprendizaje requerido en cada circunstancia.
Desde estas perspectivas podemos, entonces, darnos cuenta que para un equipo político ser exitoso debe estar educado sobre las diversas vertientes necesarias que exige cualquier proyecto. Todos debemos estar en capacidad de aprender. Aprender de nuestros errores.
El público debe aprender de sus líderes. Los líderes deben educar a sus seguidores. Pero, siempre, teniendo en cuenta que para ser exitoso en la lucha por el poder además del tiempo, el dinero y la paciencia, se necesitan las gentes. Los líderes deben aprender a reflejar confianza hacia sus simpatizantes para que puedan transmitir fuerzas motivadoras, que sirvan de energía armoniosa en busca del sentido unitario necesario para obtener los logros deseados.
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Las experiencias nos enseñan que las políticas extremas nos llevan a posiciones radicales, a veces irracionales, las cuales impiden que podamos avanzar. Este estancamiento político se convierte en nuestro mayor enemigo.
Los líderes deben transmitir sus ideas en forma transparente, sencillas y asimilables por sus seguidores.
Cada día es un nuevo día y por lo tanto trae diferentes soluciones y nuevos retos. Pero, quién debe encargarse de que las cosas funcion a cabalidad? Es indiscutible que la fuerza de todo movimiento político depende de las estructuras orgánicas que lo constituyen. Los activistas, los cuadros políticos son las columnas básicas para que puedan sostener y defender las ideas y enseñanzas de los líderes.
Cuando un líder se considera a sí mismo el sábelo todo, ya de antemano cavó su propia tumba y terminará irremediablemente ahogado por su propio egocentrismo.
Cada día que pasa en mi vida me doy cuenta hasta donde soy capaz de sentirme ignorante de tantos retos que se presentan con cada nueva experiencia.
El primer paso para llegar a donde vas, es decider, para dónde vas. Nosotros vamos para el poder. Nos toca ahora trabajar por la formación del partido.