Por Máximo Caminero
En días recientes, celebramos con emoción un reencuentro pospuesto 34 años atrás. Parecería mucho el tiempo y hasta se diría que los que allí se reunieron después de esa caterva de años deben ser unos viejitos! pero no! ni siquiera personas adultas. Los que allí estuvimos fuimos y siempre seremos unos niños….por lo menos, cada vez que nos reencontremos.
Cuando mis padres me anunciaron que entraría en el Instituto San Juan Bautista De La Salle, yo tendría unos once años (correría el 1973). El cambio de colegio fue para mí radical! pues salía de una escuela normal Dominicana en donde la educación era deficiente, para entrar en una de las más rígidas, estrictas, y sumamente disciplinadas del país.
No tuvieron que pasar meses para darme cuenta que lo que había aprendido en las otras escuelas era nada comparado con la educación que estaba ahora recibiendo. Las mayúsculas, los acentos y todos los signos Gramaticales había que escribirlos en tinta “roja”, la ortografía a cargo de Dña. Flavia, eran letras convertidas en palabras dibujadas, con ritmo y armonía que rayaban en la perfección. Contrastaba la delicadeza y altura de esta con la menuda y despiadada Profesora Maggy, las 3 bofetadas que me propino de entrada fueron el augurio de que allí……la cosa se iría poniendo fea.
Y vaya si se puso negra, los profesores eran tiranos a la fuerza ya que eran dominados por un señor físicamente parecido (y posiblemente admirador secreto) a Trujillo. El Hermano Antonio (luego recibido y rebautizado como el Padre Raúl) era el terror de esos 5 acres ubicados entre la Bolívar y la Sarasota, donados (versión no confirmada) por un militar Balaguerista.
Venia el Hermano Antonio del colegio de la Salle de donde renuncia para formar su feudo particular.
Pañuelo y peine, pantalón caqui y guayabera Azul cielo, zapatos y medias negras, correa y un sello en tela cocido sobre el bolsillo superior derecho que mostraba orgulloso el escudo del “Instituto”. Nos ponían en formación militar y se pasaba guardia por cualquier profesor o inspector y estos eran benévolos “a veces” en cualquier deficiencia, pero todo cambiaba si de repente veíamos salir a aquel Demonio del edificio central que a paso apresurado venia con su escolta a tomar el mismo la inspección y ayyy!!! Jalones de oreja, gritos humillantes delante de todos que temblábamos y saltaba el corazón cada vez que sus ojos nos escrutaban.
De Lunes a Viernes recibíamos esta tortura, pero el sádico estableció un día mas “El Sábado” como castigo a los que se atrevieran a levantar su voz de protesta…. y lo llamo ” Molokay” nadie entendió esa palabra ni llego a relacionarla con una de las islas Hawaianas pues era imposible comparar el paraíso con el infierno, pero al parecer el Hermano Antonio tendría su vena de sádico humor negro.
Pero el tiempo hace mella de todos y de todo y por eso busco la ayuda de Don Tirso, para extender sus ojos un poco más allá de donde él no podía….tres pisos de escaleras en cuatro edificios distintos no es una labor para cualquiera.
Unlike order viagra india learningworksca.org Propecia, its main purpose is always regrow hair. You can find the physical therapists or physical therapy programs in myriad of areas such as prescription du canada viagra professional sports facilities, orthopedics, cardiology, pediatrics, neurology, geriatrics, fitness centers, health and wellness of a whole family. The assessment is reliant on your medical history, examination routines and online cialis an understanding of joint and muscular assessment procedures. If cialis 5 mg http://www.learningworksca.org/the-missing-piece/ you experience side effects with 10mg, then you may be suffering from erectile dysfunction.
Por estas y muchísimas razones mas, fue que todos los estudiantes nos fuimos haciendo cómplices, no importaba si tenias o no dinero, si tus padres eran militares o políticos o lo que fuera, la cuestión estaba ahí día a día, el problema no venía de afuera, lo teníamos dentro y todos éramos víctimas silentes. Guardábamos en nuestros adentros un odio ambiguo, por un lado recibíamos una instrucción excelente y por el otro nos sentíamos atados de pies y manos a ser….como éramos?
Cuando llego el último año de la secundaria, es decir el final de la dictadura ya no éramos los niños inocentes a los que se les decía “siéntese” o “Cállese!!” y eso hacíamos. Ese último año fue el año de la venganza….y la cosa esta vez se puso negra…por nosotros!!
Yo no sé si después del 1982 el Instituto cambio su férrea mano, o si se percataron que había que cambiar la forma, yo lo único que se es que saborearon en su lengua la tierra mojada con fuego. Rompimos todos los pupitres y pizarras, lanzamos del tercer piso el escritorio del profesor, encendimos fuegos artificiales dentro del aula como un augurio del plan final de quemar el colegio el ultimo día!… por eso Don Tirso, al entrar al aula y darnos la espalda recibió ese huevo lanzado con rabia por no recuerdo quien, solo alcanzo a darnos la cara, mirar los cincuenta rostros impávidos y amenazantes y salir en silencio.
Nos votaron a todos!!! (Con algunas excepciones) nos prohibieron volver dando al traste con el desorden final planeado y tuvimos que graduarnos en escuelas públicas de bachiller…..tantos esfuerzos de nuestros padres!!…..
Es por eso que este pasado 9 de Septiembre del 2016 , 34 años después de aquellos días, volvimos a reunirnos las dos aulas del último año la A y la B , no solo para reafirmar esa complicidad y solidaridad de antaño, sino para recordar a los compañeros idos a destiempo, a los profesores que terminaron siendo compasivos con nosotros, al mismo Hermano Antonio muerto años atrás y que seguro se libro del infierno gracias a sus relaciones (jeje), para darnos nosotros mismos el certificado negado por el Instituto así sea en forma simbólica.
Compartí con todos la alegría de volvernos a ver para convertirnos en esos niños que fuimos y crecimos juntos, tantos hermosos recuerdos labrados en el aula y el patio que dentro de cualquier desavenencia disfrutamos con pasión y hoy con una nostalgia entrañable que se reactiva y cobra vida al descubrirnos en nuestros ojos quien es cada cual, ya que la máscara que nos cubre también se va dibujando como la caligrafía de la Profesora Flavia….hermosa por supuesto!!
Conservaremos toda la vida y quedara hasta el último de nosotros que quede vivo el recuerdo de esos niños traviesos que supieron preservar en un dispositivo secreto de su cerebro una parte intacta, juguetona y libre, indomable y digna y antes que todo y nada un alto grado de compasión, amor y respeto por la ciudadanía en general.
Brindo por cada uno de ustedes compañeros de último año del Instituto San Juan Bautista De La Salle del año 1982. Los admiro y respeto por sus triunfos tanto a los que se quedó en la patria como a los que tuvimos que emigrar. Han sido un ejemplo de bienestar y moralidad ejemplar (con excepción a uno que otro que rompe jarrones por ahí) ante los demás. Con el mismo amor y cariño de siempre y que continuemos reencontrándonos en esta vida y en el misterio a venir, salud.
