Por Dr. Ramon Ceballo
La envidia es un término que proviene del Latín Invidia, y se caracteriza por una manifestación de poseer algo que tiene otra persona. Es un trastorno psicológico muy común en los seres humanos.
Los estudiosos del tema, Psicólogos, Filósofos y otras disciplinas, han considerado que, la envidia, es un sentimiento de frustración debido a que la persona envidiosa no posee, cualidades o logros que tienen otros, y no aceptan la felicidad de los demás
Los que sufren de envidia orientan su frustración a través de una manifestación de odio, con lo cual buscan destruir a las personas que han logrado sus objetivos, pretendiendo de esta forma eliminar la competencia, debido a que se sienten amenazados por aquellos a quienes considera más importantes.
Los envidiosos son personas con baja autoestima, generalmente tienden a estar comparándose con los demás, creen que no tienen buenas cualidades, razón que conlleva a sentirse inferiores a los otros, mientras consideran que los demás son más importantes que ellos.
Cuando una persona sufre de este trastorno psicológico muchas veces no es consciente debido a su baja autoestima, por tal razón no se aceptan ellos mismos y eso impide que busquen ayuda profesional.
Los envidiosos tienen una emoción que dificulta sus relaciones interpersonales, como consecuencia de la forma en la que se conectamos con la gente, y le resulta muy difícil celebrar el triunfo de los demás.
La baja estima y la inseguridad que caracteriza a las personas que sufren este trastorno psicológico conocido con el nombre de envidia, para calmar la angustia y el estado de melancolía que le genera el logro de los demás inventan rumores buscando la descalificación y el desprestigio de quienes han podido sobresalir, con el interés de hacer sentir mal a los demás.
Además, Las personas envidiosas, recurren a una serie de inconductas con las cuales buscan compensar su baja estima, entre las que podemos mencionar: El “yo no”: “Yo no quiero inmiscuirme pero te voy a decir algo.” (En el fondo se muere por inmiscuirse).
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Estas personas son sarcásticas y actúan con una sonrisa en el rostro, buscando con ella humillar al otro; además, se quejan de todo y de su boca solo salen expresiones llena de negatividad. Los envidiosos se preocupan por hablar mucho de las vidas ajenas mientras ocultan informaciones sobre sí mismo y lo peor es que estos pacientes tienen un alto grado de egolatría y buscan centrar toda la atención alrededor de ellos.
El envidioso actúa como un niño inmaduro. Su personalidad está condicionada por el sufrimiento, debido a que les dan más importancia a las críticas, las murmuraciones, las injurias, la rivalidad, la difamación y las venganzas.
La envidia suele formar parte de muchos trastornos psicológicos, complejos, ansiedades, depresiones, y malos tratos, condiciones estas que traen como resultado que las relaciones personales, familiares y de pareja, se caractericen por conflictos y rupturas.
Cuanto más infantil, neurótica o insatisfecha es una persona, más envidiosa resulta ser y debido a baja autoestima siempre están comparándose con los demás. Los envidiosos creen que no tienen buenas cualidades por lo tanto se sienten inferiores, en vista de que sienten que los demás son más importantes que ellos.
A lo largo de la historia la envidia ha estado muy presente en las diversas culturas, entre ellas la griega quienes la divinizaron y en su lengua phlohnos la consideraron masculino, mientras en la cultura romana la hicieron diosa e hija de la noche y la comparaban con una águila, haciéndolas presente en sus diversas obras artísticas, representada por una anguila y en otros casos con la cabeza de una mujer mayor llena de serpientes.
Es interesante resaltar que los griegos utilizaban la expresión “mal ojo” para definir la envidia, razón por la cual protegían a sus hijos de ella y lo hacían aplicándoles en la frente el lodo que encontraban en el fondo de los baños.
Mientras que el catolicismo considera la envidia como uno de los sietes pecados capitales, ya que supone la fuente de otros pecados, debido a que el envidioso desea tener algo a costa de privar a otra persona de dicha posesión.
Los profesionales de la psicología afirman que la envidia es un sentimiento que se niega tanto ante terceros como ante uno mismo pues ocultan su envidia y resulta poco frecuente que la asuman, ya que aceptarla supone la aceptación de una carencia.
