Por Dr. Ramon Ceballo
No se puede hablar de las elecciones, celebradas el 15 de mayo, en la República Dominicana, sin abordar el papel desempeñado en ese primer proceso electoral en el que participo el Partido Revolucionario Moderno (PRM). La ausencia de oposición, permitió que esta organización con apenas unos meses de formada lograra cautivar una parte importante de los electores dominicanos.
Esas elecciones celebradas el 15 de mayo mostraron que, en la República Dominicana, existe falta de institucionalidad, situación que ha puesto en evidencias la débil democracia que existe.
Comenzó por el camino ancho porque fruto a la porción del electorado que votó, por el PRM, en el proceso electoral, demostró que confió en lo nuevo. Ese crecimiento electoral obtenido por el PRM ha abierto muchas interrogantes y a la vez preocupaciones. El PLD apostará a la división tal como la ha insentivado en todos los partidos políticos dominicanos, porque no acepta competencia por lo tanto buscará controlarlo y para lograr eso tienen a sus dirigentes preferidos.
El gobierno conoce muy bien el perfil de los líderes de oposición y buscarán el mecanismo mediante el cual intentarán agrietar la unidad del PRM infiltrando la débil estructura de esa organización política, desarrollando campaña de descredito de algunos de sus lideres mientras resaltarán las cualidades de otros.
El segundo enemigo del PRM, es el propio PRM.
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El PRM es un partido hecho a la carrera para participar en un proceso electoral, en desigualdad de condiciones, y la mayoría de sus dirigentes provenientes del Partido Revolucionario Dominicano, todavía siguen pensando como lo hacían en ese partido político.
Una gran cantidad de dirigentes, a todos los niveles, no han entendido aun que no deben distraerse durante este proceso complejo que vive el país, pues su propia frágil estructura es el mecanismo que utilizará el PLD para dividirlo.
No entienden, algunos lideres del PRM, cuáles son las prioridades del momento y la dirección ha permitido que en lugar de organizar, educar a los “dirigentes” inicien una promoción de candidaturas sin sentido y a destiempo. No comprenden que el PRM debe buscar consolidar su estructura y prepararse para constituir una mayoría que le permita ganar las elecciones. Estructurar al PRM como partido y convertirlo en una fuerza orgánica y electoral real debe ser la tarea del momento.
La unidad es necesaria para actuar como un cuerpo real; la “Lucha Interna” es un obstáculo para que el PRM sea el centro de atracción de los sectores que aspiran a encontrar un espacio para hacer política. Para el PRM construir una mayoría electoral es necesaria la Unidad de criterios y solo asi convencerán a la población que son diferentes, y dejaron en el pasado la intriga, la calumnia y la difamación que caracterizó al PRD.
Esa unidad de criterios y de programa, son las únicas herramientas que tiene el PRM, para proyectar posibilidades electorales, trabajar por candidaturas es hacerle el juego a los enemigos de esta nueva organización política
El PRM no debe destruir al PRM
