NOGALES, México. – Guadalupe García entró tomada de la mano de su hija al comedor de la Iniciativa Fronteriza Kino, acababan de reencontrarse, a solo horas de haber sido deportada a Nogales, México, en el marco de las nuevas directrices migratorias del gobierno de Donald Trump.
Se veía tranquila y un poco cansada, intentando aceptar que su destino por un buen tiempo será vivir en México, lejos de sus hijos y de su esposo.
Sus niños, Jacqueline, de 14 años, y Ángel, de 16 años, viajaron por primera vez a territorio mexicano, la tierra de sus padres, para acompañar a su madre a quien habían visto por última vez el miércoles en la noche a las afueras de las oficinas de ICE en Phoenix.
Allí, en el conocido comedor de los deportados, donde diariamente llegan entre 60 y 70 inmigrantes en busca de comida y ropa, algunos para regresar a sus lugares de origen y otros para intentar cruzar nuevamente, se reencontró la familia García.
“No quiero estar escondiéndome”
Periodistas de México y Estados Unidos llegaron para conocer de la voz de García sus planes y saber que siente al ser una de las primeras inmigrantes deportadas con la nuevas directrices de la Administración Trump.
“Estoy haciendo todo esto por mis hijos, para que ellos tengan un futuro mejor y que los sueños que tienen no se caigan, que sigan estudiando en su país”, dijo García, de 35 años de edad.
La inmigrante mexicana, originaria de Guanajuato emigró a Estados Unidos cuando tenía 14 años, conoció a su esposo y juntos comenzaron una familia de la que nacieron dos hijos. Su vida cambió en el 2008, cuando fue arrestada en una redada en su puesto de trabajo de las que ejecutaba el exsheriff del condado Maricopa, Joe Arpaio.
“Nos ponían las felonías altas para que nos incriminaran y así no pudieran darnos una fianza”, recordó García.
Dijo que estuvo detenida seis meses hasta que le aprobaron pagar una fianza y fue liberada.
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Con temor pero segura que era lo que debía hacer se presentó el miércoles en la mañana a las oficinas de ICE en Phoenix, sabiendo que las órdenes ejecutivas del presidente Trump la podían afectar.
“Me enfrenté porque no quiero andar escondiéndome, no me gusta”, agregó.
Sobre sus planes inmediatos dijo que todavía no sabe que hará, por lo pronto estará con sus hijos que se quedaron en Nogales, México, para pasar la noche con su mamá y planificar el rumbo de sus vidas después de la separación familiar.
Decepción y tristeza de los hijos
De momento, Guadalupe García quiere que sus hijos se queden en Estados Unidos y sigan su vida, no le gustaría que se movieran a México; más adelante planeará un viaje para que los niños visiten a sus abuelos.
Poco recuerda de ese lugar de donde emigró.
“Tengo 19, 20 años aquí, es más lo que he vivido acá que allá”, comentó.
Su hijo dijo que es muy decepcionante lo que está le está haciendo el país en el que nació a su madre.
“Ningún adolescente merece pasar por esto, es una pesadilla que te separen de tu madre, que se la hubieran llevado en un montón de camionetas, como si ella fuera una criminal es lo peor, parece un sueño y es la realidad”, expresó Angel.
