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Hispanos ven con buenos ojos a Clinton pero quieren que priorice la reforma migratoria

Foto de Archivo
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Para la comunidad hispana de Estados Unidos no caben dudas del apoyo que la exprimera dama, exsenadora por el estado de Nueva York y ex Secretaria de Estado Hillary Clinton ha dado a los inmigrantes indocumentados pero advierten que si quiere votos para llegar a la Casa Blanca, deberá incluir la reforma migratoria en la lista de prioridades de su plan de gobierno.

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No olvidan el apoyo a los esfuerzos por revivir el debate de la reforma migratoria entre 2004 y 2007 desde el Senado (durante el gobierno de George W. Bush), el respaldo al Dream Act y tampoco la promesa que hizo en la campaña presidencial 2008 durante un debate televisivo junto al entonces senador por Illinois, Barack Obama: trabajar con el Congreso para aprobar una reforma “amplia” a las leyes de inmigración en sus primeros 100 días de gobierno.
La reforma migratoria de la que habló de Clinton es la misma que pregonó Obama y que todavía no se aprueba. Incluye seguridad fronteriza, verificación de empleo y un camino para sacar de las sombras a la mayoría de los 11 millones de indocumentados, pagan impuestos, carecen de antecedentes criminales y hablan inglés.
En esa ocasión Clinton también dijo que el sistema de inmigración no debería perjudicar a las familias que son separadas por las redadas de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Clinton perdió la nominación, la ganó Obama. Y al igual que Clinton, el senador por Illinois le fijó fecha a la reforma migratoria. Primero habló de empujarla en los primeros 100 días y después extendió el plazo al primer año pero no cumplió. Las guerras en Irak y Afganistán, la crisis económica y el debate de la reforma de salud, entre otros temas de interés nacional, postergaron el compromiso.
Durante la primera administración de Obama (2009-2012) Clinton fungió como Secretaria de Estado.
En ese mismo período, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) batió cuatro récords sucesivos de deportaciones con un promedio anual de 400 mil. Y entre 2009 y 2014, según un documento del Departamento de Justicia presentado ante la Quinta Corte de Apelaciones del 5to. Circuito en Nueva Orleans, los deportados pasan de los 2.4 millones, la mayor separación de familias en seis años. Las preocupaciones que Clinton mostró en ese entonces siguen vigentes.
Otro escenario
El reto de Clinton no es el mismo de 2008. El escenario cambió y la responsabilidad de fallos y errores no pueden ser todos achacados a los republicanos. El Partido Demócrata ocupa la Casa Blanca y si quiere permanecer en ella por tercer mandato consecutivo, debe recuperar la confianza del voto hispano como lo hizo cuando Obama le ganó al entonces senador por Arizona, John McCain, y después al exgobernador Mitt Romney.
“Clinton puede hacerlo”, dijo a UnivisionNoticias.com Roberto Izurieta, director del departamento de Política Latinoamericana de la Universidad George Washington. “Pero debe hacer un trabajo proactivo al respecto y estoy seguro de que lo hará”.
Izurieta se refiere explícitamente a la reforma migratoria. Dijo que debe incluir el tema en su lista de prioridades y que “necesita establecer un discurso con el que fácilmente se pueda diferenciar de los republicanos”.
El camino no parece difícil. Los republicanos rechazan cualquier beneficio migratorio que se conceda durante la Administración Obama y eso incluye la reforma migratoria, la acción diferida de los dreamers y la acción ejecutiva del 20 de noviembre, que ampara de la deportación a unos 5 millones de indocumentados.
Clinton “puede expresar” tranquilamente su apoyo a los pasos que ha dado Obama en el tema, dice Izurieta. “Lo ha hecho y lo hará” y no le cabe la menor duda que, como en 2008, hablará de una reforma migratoria integral que saque de las sombras a los indocumentados y que incluya un camino a la ciudadanía.
¿Cuándo y cómo lo hará? Hay tiempo para desarrollar la estrategia, opinan analistas y activistas de la comunidad inmigrante. “Claro que sí”, dice Eliseo Medina, ex Secretario- Tesorero del Sindicato Internacional de Empleados y Servicios (SEIU), un destacado sindicalista que lleva años batallando por la reforma migratoria.
Sin embargo Medina advierte que Clinton no debe solo confiar en que el voto latino la respaldará “sólo por ser demócrata o por el recuerdo de la Administración de su esposo (Bill Clinton, 1993-2001), sino que ahora tiene que hacer su trabajo para convertir los recuerdos en apoyo entusiasta”.
Necesita ser más clara en su apoyo incondicional a la reforma migratoria. En el pasado la hemos apoyado, pero nunca asumió posición de liderazgo. Ahora necesita hacerlo, así como definir cómo va crear más oportunidad en empleo, educación, vivienda y mejores sueldos”, agregó.
El sindicalista dijo que la elección 2016 es una oportunidad para que los latinos “enseñen” madurez política y señaló que, como en 2008 y 2012, “nosotros tenemos el potencial de ser el voto decisivo en quien salga electo o electa Presidente de Estados Unidos”.
Tomado de Univision.com