NUEVA YORK.- Un reportaje de Bloomberg publicado este lunes 13 de marzo aborda los efectos del caso de corrupción de Odebrecht, la compañía constructora brasileña, en varios países de América Latina, entre los cuales destacan República Dominicana y Perú, donde los efectos están repercutiendo no solo en su economía sino en el panorama político.
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El presidente de la República Dominicana, Danilo Medina, reelegido el año pasado con las calificaciones de aprobación más altas de la región, ha visto una inversión de fortuna impulsada por Odebrecht. Su proyecto favorito, una planta generadora de carbón de US$2,000 millones que Odebrecht estaba construyendo, se estancó luego de que el financiamiento se secó debido a las revelaciones. Eso obliga al gobierno a recurrir al mercado para recaudar cientos de millones de dólares de los que carece en un momento en el que su presupuesto ya está siendo reducido.
Luchando contra la caída de los índices de aprobación, Medina nombró una comisión para investigar y ha hecho un “show” al salir en contra de Odebrecht, que admitió en su acuerdo en EE.UU. haber sobornado a funcionarios locales entre 2001-2014.
“Es hora de llamar a esto por su nombre: la corrupción es un mal endémico en nuestra sociedad”, dijo Medina al Congreso el mes pasado. “Estamos enfrentando una epidemia regional e internacional”.
Perú
En Perú, el Gasoducto Sur Peruano de 1,025 kilómetros estaba destinado a subir de los campos de gas de la selva de Cuzco a casi 5,000 metros sobre el nivel del mar y luego hacia abajo. Sólo 33 kilómetros de tubería estaban en el suelo antes de que las acusaciones de soborno pusieran fin al acceso de Odebrecht a los fondos, lo que llevó al Gobierno a rescindir el contrato el mes pasado.
Pero el gasoducto de US$7,300 millones es sólo uno de las numerosas víctimas del escándalo de toda la región que emana del mayor constructor de América Latina. Fiscales de 11 países firmaron un acuerdo para profundizar en la investigación sobre la red de sobornos pagados por Odebrecht a los políticos, algunos en forma de donaciones de campaña, revelados por primera vez en Brasil. El alcance total de las consecuencias está lejos de ser claro, pero está sacudiendo gobiernos −e incluso economías− desde los Andes hasta el Caribe, dicen los autores David Biller y John Quigley.
“Ha afectado a cada país y eso ha llegado al más alto nivel”, comentó Walter Molano, economista jefe de BCP Securities LLC en Greenwich, Connecticut.
Durante más de una década, Odebrecht lideró a los constructores de Brasil en una expansión aparentemente sin obstáculos en toda la región. Los funcionarios ofrecieron miles de millones de dólares para carreteras, trenes, aeropuertos y plantas de energía, y Odebrecht actuó. Su imperio se ha venido desmoronándose durante más de dos años y su presidente ejecutivo, Marcelo Odebrecht, está cumpliendo una sentencia de 19 años en una prisión brasileña.
La caída se aceleró desde diciembre, cuando la empresa se declaró culpable en Estados Unidos y aceptó el mayor acuerdo legal por soborno de la historia: una sanción de US$4,500 millones por delitos en 12 países, en su mayoría de América Latina y el Caribe. (La compañía podría terminar pagando solamente US$2,6 mil millones.)
En Perú, el presidente Pedro Pablo Kuczynski está luchando por cumplir su promesa de impulsar el crecimiento invirtiendo en infraestructura. La cancelación del contrato de gasoductos de Odebrecht estableció un plan de infraestructura de US$70 mil millones. Otros proyectos se han desacelerado bajo un escrutinio adicional. El ministro de Finanzas, Alfredo Thorne, se vio obligado a restar un punto porcentual de su pronóstico de crecimiento para 2017.
Una y otra vez en América Latina el patrón se reproduce, como un virus. En Panamá, se ha alegado que Odebrecht contribuyó a la campaña de 2014 del presidente Juan Carlos Varela. Los legisladores de la oposición han pedido el retiro de Varela. Hizo pública una lista de los colaboradores de su campaña, en la que el nombre de Odebrecht no aparece, y dijo que las donaciones no eran sobornos.
Colombia
En Colombia, el gobierno está terminando dos de los proyectos de Odebrecht: una autopista y el dragado del río Magdalena. Las autoridades locales están investigando ambas. El fiscal general también dijo que Odebrecht pagó un millón de dólares por una encuesta de opinión a favor del presidente Juan Manuel Santos durante su campaña de reelección. Odebrecht se negó a hacer comentarios aparte de reafirmar su compromiso de cooperar con las investigaciones oficiales. Santos dijo en un discurso del 7 de marzo que su administración “construyó un muro” para que Odebrecht no pudiera llegar a sus funcionarios, y que todos los proyectos de infraestructura han sido contratados con total transparencia.
Lava Jato
El problema está lejos de terminar. Más de 75 ejecutivos de Odebrecht firmaron acuerdos en Brasil como parte de la llamada investigación “Lava Jato” que data de 2014, y la posible publicación de sus testimonios podría causar estragos en el país y en el extranjero. Del mismo modo, el acuerdo firmado por las autoridades latinoamericanas el 16 de febrero para la cooperación en las investigaciones relacionadas con las compañías involucradas en Lava Jato indica que la solución del problema está lejos.
El escándalo está galvanizando a los políticos para que tomen medidas contra la corrupción. Ecuador y Panamá han prohibido a la empresa licitar contratos gubernamentales, mientras que Perú y Colombia le han dicho a Odebrecht que venda sus negocios y se vaya. Legisladores peruanos el mes pasado se apresuraron con una reforma constitucional muy retrasada que implica que los actos de corrupción no estarán sujetos al estatuto de limitaciones.
“La corrupción conspira contra el crecimiento”, dijo Alberto Ramos, economista jefe de Latinoamérica de Goldman Sachs. “¿Qué prefieres? ¿Construir un puente que cuesta tres veces lo que debería o no construir un puente? No construir un puente. ”
La empresa Odebrecht dijo que está “cooperando con las autoridades brasileñas y extranjeras para apoyar las investigaciones en curso”, y que “debe cambiar la postura de sus relaciones con organizaciones públicas y privadas” y que está “adoptando medidas para fortalecer sus investigaciones”. Compromiso con las prácticas empresariales éticas y fomentar la transparencia en todas sus acciones con miras a dar vuelta la página y apoyar su desarrollo continuo”.