Por Amín Cruz – Milton Germán
El nacimiento del movimiento nacional, llamado marcha verde, fue un parto de la marcha de las sombrillas amarillas, lucha por el 4% para la educación, por eso, se ha convertido rápidamente en clamor popular, que ha ido adquiriendo al paso de tiempo, una fuerza a tomar en cuenta por la clase política en el país.
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La marcha verde ganó espacio en todos los sectores cansados desde hace muchos años, era de Trujillo, Balaguer y demás… porque nadie está de acuerdo con la corrupción e impunidad. Oponerse a esa fuerza en demanda de pulcritud y adecentamiento de un país, es un derecho fundamental de toda sociedad, sin embargo este movimiento lo que busca evidentemente es entorpecer el buen desenvolvimiento de la vida nacional.
Ese encanto y levantamiento espontaneo se fue esfumando lentamente porque está contaminado por los primeros actores de la corrupción e impunidad con hijos y nietos en todas las administraciones públicas del país. Ellos los verdes se han manchado con las papeletas de color verde americano, bien llamado dólar.
Los manchados de corrupción que acusan al gobierno, son aquellos que reciben dineros y cheques a través de ONGs definidas e identificadas con recursos cuestionados, que a la vez junto con empresarios, políticos de la oposición y el bajo mundo, financian este movimiento por todo el país. Los partidos políticos ligados profundamente con la corrupción e impunidad históricas contaminaron la marcha verde y que pena, que sea así.
El país sigue avanzando firmemente bajo las lluvias y las decenas de insultos de los verdes y la oposición… El presidente Danilo Medina sigue trabajando el día a día solucionando las demandas y problemas de nuestra sociedad sin dar un paso atrás, porque su meta es construir a una sociedad prospera con normas claras y comportamiento ético-moral para todos los dominicanos.
